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Johanna es una mujer sueca que decidió tatuarse en el brazo los nombres de sus hijos, Nova y Kevin. Todo iba bien hasta que de vuelta a casa, se dio cuenta de que en el nombre del niño había un fallo: ponía ‘Kelvin’, no Kevin.
La BBC cuenta que Johanna regresó al estudio de tatuaje y en él le dijeron que podrían corregir el error con láser. Pero Johanna se lo pensó mejor.
“Tras pensarlo un rato, decidó renombrar a mi hijo Kelvin”, dice. “Ahora nos gusta más y no lo queremos cambiar”, añadió.