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Cine

Ben Affleck: «Contar una historia interesante es más difícil que enfrentarse a un huracán»

admin | 6 marzo, 2019

ISRA ÁLVAREZ

  • Ben Affleck y Charlie Hunnam son dos de los protagonistas de la nueva película de Netflix, ‘Triple Frontera’ y han hablado en exclusiva para ’20Minutos’.
  • El filme cuenta la historia de cinco soldados retirados que asaltan la casa y roban el dinero de un narcotraficante.

Triple Frontera

El escenario es el de una película de acción, con cinco exmarines estadounidenses emprendiendo una misión casi suicida en medio de la nada, en el territorio casi despoblado que hay entre Argentina, Brasil y Paraguay. Pero tras Triple Frontera, la nueva película de Netflix con Ben Affleck, Oscar Isaac, Charlie Hunnam, Garrett Hedlund y Pedro Pascal, hay también una historia de conflicto personal, de pasiones, avaricia, compañerismo y una cierta crítica social.

Los actores Ben Affleck y Charlie Hunnam han hablado en exclusiva con 20minutos.es para explicar de qué trata y qué cuenta realmente Triple Frontera, que se estrena en la plataforma el 13 de marzo. A priori, es la historia de cinco exmarines que deciden asaltar la casa de un narcotraficante en medio de la selva y llevarse de allí cientos de millones de dólares y de los avatares de su huida. Pero hay más.

¿La moraleja de la película es que la avaricia rompe el saco?

Ben Affleck: Sí, efectivamente habla sobre la avaricia, la tentación. Se trata de un grupo de hombres que tienen un código ético muy marcado y una profunda sensación de camaradería. Y de cómo todo eso entra en conflicto cuando se mezcla con cientos de millones de dólares. Y una de las cosas interesantes para mi es el drama psicológico, de cómo la gente reacciona ante esta situación. De cómo intentan aferrarse a su hermandad, cómo intentan seguir creyendo en aquello que les han enseñado, y lo que creen que está bien. Pero eso es lo que significa la tentación, ¿no? Algo que realmente te separa de tus bondades. Me gustan las películas de acción y la parte de acción de la película, pero lo que más me atrae de la película es el drama.

Hay un refrán español que dice: «ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón». ¿Qué pensarían los personajes de la película al respecto?

Charlie Hunnam: Todo depende de tu ética personal. Uno de los mensajes de la película es que tu traiciones a tu propia ética. Y si lo haces tienes que pagar el precio que te toque, sea el que sea. Yo suscribo esto para mi vida real.

¿Ha sido duro o divertido rodar tanto en paisajes naturales?

C. H: Me encantan los espacios abiertos y parece que siempre estoy involucrado en proyectos que me llevan a disfrutar de los elementos. En este caso fue especialmente extraordinario rodar en Hawái y el tiempo que pasamos en el norte de California y en Colombia, en Bogotá… ya había estado allí dos meses, en Colombia, en el norte de Santa Marta, rodando una película en la jungla, y fue una de las experiencias más divertidas de mi vida.

B. A: A mí me gustan los espacios cerrados (risas). Me encantan las películas que se hacen en espacios cerrados y en los que puedes relacionarte con la gente. Pero me encanta Charlie, así que me hice más tolerante con esto. Como en casi todas las películas el desafío es intentar contar una historia que sea interesante para la gente, lo que siempre es más difícil que enfrentarse a un huracán, a la lluvia o a las noches sin dormir. Por eso aprecio mucho tener un equipo que siempre nos llevaba a hacer cosas interesantes cada día y le agradezco al director que entendiera a dónde nos tenía que llevar a cada uno de los actores para que crearan sus personajes.

¿Qué es lo más difícil de rodar una película de acción?

C. H: Para mí en cualquier tipo de producción el desafío más grande son los tiempos de espera. Siempre hay muchos parones para que el equipo y todos los departamentos puedan hacer su trabajo y cuanto más presupuesto tiene una película más tiempos de espera hay, porque la producción es más grande. Ese es el desafío principal, tener una relación sana con el tiempo y las esperas. Lo que más difícil me resulta es buscar un lugar donde pueda estar concentrado mientras espero mi escena.

B. A: Cuando haces una película de acción hay dos cosas que entran en conflicto: la cantidad de tiempo que necesitas para preparar la parte técnica de la película y luego la parte emocional que empuja al personaje. Eso está en conflicto constante. Es un reto para poder expresar el drama de los personajes, así que como actor me parece apropiado meter un poco de presión y pedir que haya velocidad para rodar las escenas, al margen de la gente que solo tenga que preocuparse por las explosiones o los efectos especiales.

¿Alguien resultó herido o tuvieron incidentes?

B.A: No, tuvimos mucha suerte, nadie salió dañado. Pero las partes más arriesgadas no son las que implican grandes saltos o donde hay un especialista o las que tienes que hacer con cables de seguridad, donde todo está más controlado. Son las partes pequeñas, donde a lo mejor tienes que saltar un metro y es ahí donde te puedes lastimar un brazo, o te golpeas la cabeza. Son en esas escenas en las que nadie espere que pase nada. Pero trabajamos con un gran coordinador de especialistas y eran profesionales muy preparados.

¿Hay similitudes entre el oficio de soldado y el de actor?

C. H: He tenido muchas reuniones con guionistas desde hace tiempo y me contaban cosas sobre el desarrollo de las historias y de las películas, porque me interesa ese tema. Ellos dicen que una vez que tienes la historia trazada has de sacarla de la atmósfera en la que la has pensado, si es del Salvaje Oeste, por ejemplo, muévela a Wall Street y cuando hayas hecho eso, sácala y ponla en Afganistán. Si la historia sigue funcionando, entonces puedes estar seguro de tener una historia universal. Eso pasa con Triple Frontera. El conflicto que tienen estos soldados, de una forma rebajada, yo puedo llevármela a mi propia vida.

Ésta es también la historia de hombres descolocados al volver a la vida civil…

Uno de los principales problemas que trata la película es la reintegración de los soldados a su vida anterior, después de haber estado inmersos en un ambiente muy exigente. Me siento conectado con esta idea porque cuando te vas a rodar haces una inmersión con todo el equipo de rodaje y luego eso termina de repente y vuelves a tu vida normal. Siempre que me pasa eso siento una gran ausencia, un vacío de esas cosas en las que me he centrado de lleno durante un tiempo. Sobre todo porque te das cuenta de que tu vida ha seguido avanzando en tu ausencia. En el caso de esta película se trata de personajes que tienen que reinsertarse en una vida civil después de un conflicto bélico. En esa parte creo que no hay similitudes con ser actor.

Netflix mostrará esta película en 190 países… ¿Cuántas entrevistas pueden llegar a hacer para una promoción como esa? ¿Viajar es duro o divertido?

B. A: Da igual que sea con Netflix o cualquier otra película, en última instancia cuando tienes una historia con la que conectas es muy fácil hablar sobre ella. Es evidente que a veces resulta pesado contar las mismas anécdotas una y otra vez. Es, por ejemplo, como cuando la gente se rió de Lady Gaga de una forma injusta, cuando ella contó una anécdota y no la creyeron. La gente pensó que no estaba siendo sincera, que no era real y pensaron que mentía. Pero todos los actores hacen eso de alguna manera, porque tienes que salir del paso contando anécdotas e historias y hacerlo con mil personas diferentes. Siempre se hace con la mejor intención. Tienes que hacer que lo que estás contando sea interesante y hacerlo en cualquier parte del mundo.

C. H.: Fue injusto lo que hicieron con Lady Gaga, porque si alguien te pide tu opinión y tú respondes de forma sincera, esa es tu respuesta, no es culpa tuya te preguntan la misma cosa mil veces. Es difícil dar la misma respuesta exacta otras mil veces. Pero ¿ganó el Oscar, no? Bueno, si ganó un Oscar no nos preocuparemos mucho por ella. (risas)

¿Echará de menos ser Batman?

B. A.: Me divertí mucho haciendo de Batman y echaré de menos al equipo con el que trabajé, pero todo tiene su momento. Fue una gran experiencia, eso sin duda. Uno de los mayores desafíos que la gente normalmente no valora, sobre todo en sagas largas, es que intentes mantener el interés y el atractivo, siendo tú el mismo personaje, pero otro actor. Tienes que hacerlo interesante, pero con tu propia visión, con tu instinto, con tu forma de verlo. Así que cuando te piden que mantengas ese ritmo mucho tiempo es difícil.

¿Sería Charlie un buen Batman?

Sí, podría ser un Batman increíble. Es mi candidato. (Risas)

Le gustaría a usted [a Charlie Hunnam]?

Nunca lo había pensado, pero siempre he creído que Batman a nivel de tono parece más oscuro y misterioso… creo que soy demasiado rubio para hacer de Batman.

B.A: Charlie es como un rayo de sol. (risas)

¿Han tenido tiempo para hacer turismo?

C. H: No, no hemos tenido. Normalmente en este tipo de eventos no tenemos tiempo para salir a la calle, por desgracia. Llegamos tarde anoche y habíamos estado despiertos casi 24 horas, así que solo me eché a la cama, destrozado. Te he visto a ti. Eres lo que hemos visto de Madrid (bromean con el periodista).

Han rodado en países hispano hablantes y muchas escenas se grabaron en Español, Ben lo habla bien, pero usted ha estudiado algo [a Charlie Hunnam]?

C. H: Bueno, estoy aprendiendo (dice en español).

¿Cómo ven las reticencias que la industria tradicional del cine muestra con las nuevas plataformas, por ejemplo en Cannes?

C. H: Siempre habrá un segmento de la población que esté interesado en mantener el statu quo. Para mí, como persona creativa que pertenece al negocio, estas plataformas de streaming están dando grandísimas oportunidades para contar historias originales, lo cual se había hecho cada vez más difícil en la industria del cine tradicional. En los últimos diez años se han centrado en los lanzamientos de los grandes estudios y sobre todo durante el verano. Como consecuencia la industria se limitó. Cuando llegué a América a finales de los 90 y te hablo de memoria, la industria producía unas 600 películas al año y ahora se ha limitado a un 10% de aquella cifra, más o menos. La televisión de alguna manera equilibra esa cifra.

B. A: Estoy de acuerdo. Las plataformas dan oportunidades a historias más pequeñas, porque las producciones tradicionales se destinan a un público muy amplio. Estas producciones de streaming pueden dirigirse de forma muy concreta a diferentes sectores, establencen una relación entre consumidor y productor. La industria tradicional ha gastado cantidades ingentes de dinero en promocionar las películas para que la gente vaya masivamente a ver la película en el primer fin de semana. Me preocuparía que la industria tradicional se acabara, pero a priori parece que la tendencia no apunta a eso, sino a que se harán otro tipo de películas, como las de gran formato. Esas películas, que se aprecian bien en grandes cines y en grandes pantallas, siempre tendrán un lugar.

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